De repente, ella se da la vuelta y él, al notarlo, se la da también.
- Lo siento... -dice ella en un susurro.
-¿Por qué? -pregunta él.
- Por lo que estoy a punto de hacer -dice ella con la voz entrecortada.
A continuación, se acerca despacio y, poniendo una mano en su mejilla suavemente, lo besa. Él, al darse cuenta del paso que ella ha dado, la empuja hacia sí por la espalda y posa su mano delicadamente en su cuello. Mientras, ella le rodea la cintura con un brazo y le continúa acariciando la mejilla.