Incluso ahora empezaba a echarle de menos, sabía que este había sido el mejor regalo que mi padre jamás me hubiera podido hacer, pero él no lo sabía. Él tenía algo especial, algo irreal, algo mágico, algo salvaje. Su recuerdo quedó grabado en mi corazón junto con el collar. Y aunque nunca jamás volví a verle aún le quiero como el primer día.
Me encanta, transmites algo especial con tus relatos. ¡¡Sigue así!!
ResponderEliminarMuchas gracias Marina :D
ResponderEliminarTú ya sabes que a mi me encanta cómo escribes ;3